Se declaraba escéptica para casi todo. Y esa era la única razón por la cual aún no apretaba el gatillo. Su mayor miedo era que su tormento no acabara allí, con una bala, sino que esta la arrastrara a otra vida que no quería -tampoco- ser vivida. Si la reencarnación era lo que daba orden al mundo, ella no se arriesgaría a vivir por segunda vez aunque fuese de un modo diferente. Hay quienes nunca entenderán que era la existencia lo que a ella le dolía.
Duda
Publicado por Supertrampgirl
22 años. Estudiante de Psicología, Pontificia Universidad Católica de Chile. Ver todas las entradas de Supertrampgirl
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